Con el paso de los años se ha ido incrementando la esperanza de vida de los seres humanos. Según diversos registros, hace más de un siglo las personas no superaban los 50 años de existencia, pero desde la década de los 2000 la cifra fue aumentando.

Existen tres tipos de factores que determinan la esperanza de vida: los genéticos, los ambientales y el estilo de vida. Los que tenemos opción de modificar son los ambientales y el estilo de vida. Por esta razón, la mejor estrategia para conservar y mejorar la salud es llevar una alimentación saludable, evitar hábitos tóxicos (tabaco, drogas, alcohol) y practicar actividad física a lo largo de toda la vida.

La vida de la mayor parte de las personas de edad avanzada se enriquece por la presencia de las personas que comparten su día a día o la mayor parte de sus momentos con ellos. La gran mayoría de las veces ese hueco lo ocupa la familia, que es nuestra fuente primaria de apoyo emocional y juega un papel fundamental, proporcionando sentimientos de arraigo, seguridad, capacidad, autoestima, confianza y apoyo social.